Marisa Gómez Armenteros

Marisa Gómez, allí donde la vida nos lleva

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Nunca había imaginado que se convertiría en psicóloga; su pasión por los animales le hizo pensar que se dedicaría profesionalmente a ellos, por lo que se define como una bióloga frustrada. Pero la vida fue haciendo caminar a Marisa Gómez Armenteros por distintos senderos que la llevaron a ser la mujer que es: fuerte, tranquila, maternal y solidaria. La segunda de tres hermanas, cuando terminó el Bachillerato se matriculó en Psicología, no sin cierta reticencia, pues no estaba segura de su vocación. “Lo único que tenía claro es que me gustaban las emociones”, sostiene. Pero ya en el primer curso tuvo la certeza de que lo que empezó como una prueba fue en realidad un acierto, que le gustaba estudiar y analizar la conducta y los procesos mentales del ser humano.

—¿Siempre quiso dedicarse a la Psicología Clínica?

—No, en absoluto. Me gustaba la docencia y, cuando acabé la carrera, empecé a preparar las oposiciones de Secundaria, pero me aburría de estar todo el día sentada en una silla estudiando y decidí hacer algo más… Empecé a trabajar como voluntaria en Adaner, una asociación en defensa de la atención a la anorexia nerviosa y la bulimia. Y ahí comenzó todo…

—¿Hay muchos casos de trastornos de alimentación en Jaén?

—Sí, los hay, aunque ahora son menos graves porque se detectan antes. Antiguamente, cuando los niños no comían, se decía: “Son tonterías de la edad…” Y fíjate tú las consecuencias de esas tonterías. Estos trastornos se suelen dar entre los 12 y los 18 años, aunque cada vez se amplía más el espectro, por arriba y por abajo. Además, nueve de cada diez casos son mujeres. Hay que tener en cuenta que los adolescentes tienen la personalidad aún sin formar… La televisión y las redes sociales no ayudan ya que nos muestran a la mujer triunfadora siempre delgada y bella. Cuerpos estilizados vestidos con ropa ajustada y sin un gramo de grasa. Las niñas se miran al espejo y no se ven tal cual son, se ven gordas… Y ahí empieza un problema grave. —Una enfermedad compleja… —Mucho, si miran a otra persona la ven como es en realidad, pero si me miran ellas, o ellos, el espejo les devuelve una visión deformada de sus cuerpos y eso les ocasiona otros muchos problemas. La anorexia es la “cajita” donde te encuentras cualquier enfermedad mental: psicosis, depresión…

Adaner le propuso irse al Hospital Niño Jesús de Madrid, donde estuvo un año trabajando en trastornos de alimentación. Al volver a Jaén, además de seguir como voluntaria, montó su clínica, donde ejerce como psicóloga desde 2000.

Mis pacientes suelen ser adolescentes con trastornos de alimentación, aunque también se da mucho la ansiedad y la crisis de pareja”. Siempre quiso ser madre y no fue fácil. Su primer hijo, Javier, murió siendo un bebé. Durante ocho años estuvo intentando adoptar, y cuando finalmente iba a viajar a China, se quedó embarazada de forma natural y nació Lucas, que ahora tiene cinco años. “Fue una época dura, pero llorar es bueno, expresas las emociones…”, reconoce. Ahora, con Lucas jugando allí cerca, me mira directamente a los ojos y, con esa serenidad que transmiten sus palabras, confiesa que las mayores enseñanzas de su vida se las han dado sus dos hijos.

“Mi primer hijo, al morir, me enseñó a no vivir en el futuro; y el segundo, al nacer, a no vivir en el pasado”, afirma serena.

Compagina su labor clínica con la enseñanza, preparando las pruebas psicotécnicas de los opositores a la Guardia Civil y Policía, así como entrevistas para el acceso al mercado laboral. También da charlas en colegios de la provincia sobre prevención de trastornos alimentarios. Su finalidad es transmitir a los alumnos la importancia de los hábitos de vida saludable. “Lo más importante es escuchar a los niños y proteger su autoestima”, declara.

Le gusta leer, cantar, la música, sobre todo de cantautor, contemplar la inmensidad del mar.y

Mis pacientes suelen ser adolescentes con trastornos relacionados con la alimentación”

respirar el aroma de la montaña, pero, por encima de todo, estar con su hijo. “Ser madre es aceptar que tu corazón vive fuera de ti”, manifiesta.

Marisa Gómez es una mujer cariñosa, resiliente y positiva; que ha aprendido a escuchar y escucharse, a aceptar la vida tal y como viene, cargada de momentos felices o dolorosos, a los que siempre recibe con una eterna sonrisa crónica.

Entrevista de Teresa Viedma y publicado en Diario Jaén

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