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Cuando los niños se ven envueltos en situaciones que les generan molestia, incomodidad, confusión o temor, como: problemas familiares, bullying, maltrato, abandono, entre otras, estos se ven muy afectados, pero por el hecho de ser tan pequeños se les dificulta manifestar de manera clara lo que sienten. La terapia emocional, por medio de un conjunto de sesiones, le permite al psicólogo ofrecerle al niño la confianza y seguridad para que pueda expresar sus sentimientos y sentirse cómodo en el proceso, ayudándolo así a comunicarse de mejor manera. También asesora a los adultos sobre cómo generar o mantener un buen vínculo de comunicación y comprensión con el chiquillo.
¿A qué edad se debe aplicar?
Una buena edad para comenzar el proceso de terapias es entre los 5 y 6 años. De igual forma es importante acotar que cuando un niño presente problemas emocionales, se recomienda tratarlo lo más rápido posible.
¿Cómo detectar que nuestro hijo necesita ayuda?
Episodios como: enojo extremo, desobediencia, dificultad para dormir, inseguridad, resistencia para ir al colegio, agresión hacia otros, aislamiento o cualquier otro cambio abrupto de comportamiento son posibles indicios de la existencia de problemas emocionales.
¿Cuándo pedir ayuda al psicólogo?
Cuando sienta que no puede manejar la situación es recomendable que solicite ayuda profesional.
¿Terapias aplicadas?
Se usan muchos tipos de terapias para poder ayudar a los niños. Entre ellas tenemos:
– De juego: Los juegos son una forma idónea para comunicarse con el niño. Estos ayudan a que se exprese y con el tiempo se vuelven fundamentales para resolver sus trastornos emocionales.
– Familiar: Se enfoca en mejorar las relaciones entre los miembros de familia, tanto entre ellos como con el niño.
Lo más importante de todo el proceso es que el pequeño se sienta a gusto.