La autolesión es un daño que un individuo realiza sobre su cuerpo sin tener intención de quitarse la vida. Es un acto compulsivo que según los psicólogos, tiene por objetivo liberarse de furia, ansiedad, de dolor emocional. Expertos también aseguran que puede surgir como acto de revelación ante la autoridad, incluso hasta para sentir que se tiene el control.
En ciertos casos no se relaciona con el control de las emociones del individuo sino que forma parte de un trastorno metabólico o neurológico y por ello, debe de ser tratado como tal.
Según las estadísticas, los jóvenes son los más afectados por este problema. En la gran mayoría de los casos, siempre y cuando reciban el tratamiento adecuado, se puede sobrellevar el trastorno. Sin embargo, en ciertos casos, la situación puede llegar a agravarse, incluso acabando en casos de suicidio si no se trata a tiempo.
Los síntomas pueden ser muy variados, y siempre deben de ser estudiados por un profesional, siendo estos los más habituales:
Por lo general, se suele detectar antes del daño causado que el profundo trauma en el que el paciente está sumido.
Para hacer un diagnóstico preciso, el facultativo se encargará de evaluar la situación personal de cada paciente, analizando si existen algunas condiciones como trastornos de personalidad o del estado de ánimo, así como la presencia de ideas suicidas.
En cuanto al tratamiento, primeramente se evaluará si hay que iniciar un tratamiento médico para las heridas, así como para prevenirlas. Después habrá una determinada evaluación psicosocial y, en base a ello, se ofrecerá un determinado tratamiento psicológico que dependerá de cada paciente.
Ante cualquier síntoma de alerta, habría que acudir al médico de inmediato.