Marisa Gómez Armenteros

Nuevo trastorno alimenticio: la “Drunkorexia”

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Cuando hablamos de la “drunkorexia” nos referimos a un nuevo y peligroso trastorno alimenticio, ya que casa alcoholismo con anorexia. Las personas que lo sufren, obsesionadas con el peso, optan por disminuir considerablemente su ingesta de alimentos para compensar las calorías que les aporta el consumo de bebidas alcohólicas.

Este nuevo trastorno es más frecuente entre adolescentes y principalmente entre las chicas. La ofuscación por conseguir los nuevos cánones de belleza y la aceptación social ligada a la ingesta de alcohol, derivan a este desorden alimenticio, pues el aporte calórico de estas bebidas son un inconveniente para conseguir el peso deseado. Ante este absurdo dilema optan por dejar de tomar alimentos para seguir bebiendo.


Según algunos expertos, podemos estar hablando de un desorden extremadamente grave, pues los efectos nocivos del consumo desmesurado de alcohol se producen en un cuerpo que presenta graves carencias nutricionales, causando daños severos en su salud, necesitando recurrir a psicologos y nutricionistas en muchas ocasiones. El caso se agrava cuando el paciente es adolescente, ya que estos efectos se producen en un cuerpo que además está en pleno desarrollo.

Los síntomas que pueden aparecer son: deterioro del cabello y los dientes, pérdida de peso, irascibilidad y daños gastrointestinales, pues en un gran porcentaje la ingesta de alcohol se produce con el estómago vacío. Entre las mujeres el daño puede ser mayor. Está comprobado que el hígado y el corazón femenino son más vulnerables al alcohol, por lo que pueden desarrollar cardiopatías y enfermedades relacionadas con el hígado con mayor facilidad, aunque el consumo de alcohol sea menor y más lento que el de un hombre.

Ante esta situación, la vida cotidiana y familiar de las personas que sufren “drunkorexia” puede verse muy afectada. Debido a la irritabilidad que desarrollan dichos pacientes, las relaciones con su entorno se complican, pudiendo aparecer un aislamiento social. Así mismo, el deterioro físico y la merma de las capacidades cognitivas que acarrea este desorden alimenticio pueden acabar en la marginalidad social.

Ante dichas conductas y síntomas es esencial recurrir a especialistas. Es fundamental la intervención de un psicologo, no solo para solucionar la adicción al alcohol, también para recomponer su vida cotidiana y eliminar la obsesión con esos estereotipos vinculados con la belleza y la aceptación social. Así mismo la ayuda de un nutricionista será necesaria para apaliar los estragos de dicho trastorno y reconducir su alimentación a una dieta equilibrada.

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